Correo del ERI Septiembre 2025

Nuestro camino de fe en los Equipos de Nuestra Señora: 37 años de compromiso y servicioCatherine y Christophe Bernard, Secretarios Internacionales de los Equipos de Nuestra Señora

Somos Catherine y Christophe BERNARD y nos conocimos cuando teníamos 18 y 19 años en 1978 en una aldea de los Alpes, lugar emblemático del alpinismo francés y europeo. Esta cuna de la familia materna de Catherine, compuesta por guías y alpinistas de renombre, es La Bérarde, borrada del mapa el 21 de junio de 2024 debido a la ruptura de un lago subglaciar. El hotel-restaurante familiar -en particular el pequeño café- donde Catherine trabajaba durante el verano y donde nos conocimos, así como la capilla, contigua al hotel, donde los padres de Catherine se casaron, fueron destruidos totalmente. El diminuto chalet familiar fue completamente arrastrado por el torrente y la familia aún está conmocionada por haber perdido todo con la prohibición de reconstruir. Nuestros primeros recuerdos comunes están marcados por este episodio siniestro.

Nuestra historia conyugal ha estado marcada por eventos y encuentros determinantes.

Después de este encuentro del verano de 1978 y el intercambio de nuestras direcciones postales, Christophe escribió una carta a Catherine. Mantuvimos una larga correspondencia de varios años que realmente permitió conocernos mejor. Después de vernos algunas veces los fines de semana o durante las vacaciones en el sur donde Catherine vivía o estudiaba, Catherine decidió mudarse a París.

La madrina de Christophe nos aconsejó entonces reunirnos con un viejo sacerdote muy conocido por ella. Aunque tuvimos pocas entrevistas con él fueron suficientes ya que fueron a la vez deliciosas y determinantes para la evolución de nuestra fe. Podemos citar, de memoria, las dos frases que nos marcaron para toda la vida: «El hombre sería el más engañado de los animales si tuviera conciencia toda su vida de que con la muerte todo había terminado. Mientras que en Jesucristo la muerte no es más que una etapa puesto que todos estamos llamados a la resurrección y a la vida eterna«. Esto lo cambia todo. La segunda frase es: «Solo Dios es lo suficientemente grande para satisfacer todas las necesidades del hombre, para colmarlo de una felicidad total. El cónyuge, sea quien sea, no puede hacerlo sin Dios.»

Estos encuentros nos convencieron de retomar la práctica religiosa y tuvimos la suerte de conocer a un sacerdote y un grupo de jóvenes que nos dieron tanto la oportunidad de ir a misa todos los domingos como de participar en un grupo de oración y luego, una vez casados, formar parte de un grupo de hogares, quienes se convirtieron en nuestros amigos más fieles.

4 años después de nuestro matrimonio -llevamos 41 años casados- justo antes de mudarnos, un sacerdote nos orientó hacia los Equipos de Nuestra Señora. La perspectiva de unirnos a un movimiento estructurado nos gustaba mucho porque habíamos tomado conciencia de que un simple movimiento parroquial alcanzaba rápidamente era limitado en términos de propuesta de temas, constitución de equipos, variedad de encuentros …

Entramos entonces en período de prueba en los Equipos en otoño de 1988, 4 años después de nuestro matrimonio, y en verano de 1989 nos mudamos a Nancy, a 300 km al este de París donde rápidamente nos integramos al equipo Nancy 31 donde tuvimos la gran felicidad de caminar 27 años con el mismo consejero espiritual.

Nuestros dos primeros hijos, varones, nacieron en París, los dos siguientes, niña y niño, en Nancy.

Emmanuel y Géraldine, casados desde hace 10 años, tienen 3 hijos y viven en Lyon, al igual que Elise, nuestra hija, y Grégoire casados desde hace 7 años, con también 3 hijos. Estamos felices porque son católicos practicantes y sus hijos están bautizados, y frecuentemente damos gracias por ello.

Gabriel se va a casar con Yasmine, civilmente en diciembre de 2025 y religiosamente en mayo de 2026.

En cuanto a nuestro hijo Pierre, fue ordenado sacerdote hace 4 años, en el seno de la Comunidad Saint-Martin. Acaba de ingresar en los Equipos y piensa que todos deberíamos orar por las vocaciones sacerdotales durante nuestras reuniones de equipo. Para acoger esta vocación anunciada en el camino de Santiago de Compostela, fuimos  ayudados por nuestras acompañantes espirituales, 2 religiosas Clarisas de Sion a 30 kilómetros de Nancy.

Fuimos muy pronto llamados a diferentes servicios para los ENS, y cuando en 2012 fuimos llamados a formar parte del Equipo Responsable de la SR Francia-Luxemburgo-Suiza, es decir, a servir a  20,000 equipistas y reunirnos un fin de semana al mes, sentimos la necesidad de un acompañamiento espiritual personal que perdurara y que también nos permitió vivir la maravillosa complementariedad de las vocaciones y los estados de vida (vida consagrada/sacramento del matrimonio y celibato/vida conyugal).

En cuanto a nuestro servicio en Equipo Responsable Internacional, somos a la vez secretarios y tesoreros.

Por razones legales, el tesorero solo puede ser una persona y no una pareja. Por su profesión de contable y auditor, Christophe es el tesorero. Es responsable de las cuentas y las finanzas de la asociación Equipos de Nuestra Señora Internacional y de la Asociación de Amigos del Padre Caffarel. Para los Equipos está asesorado por un contable profesional. El tesorero establece el presupuesto, las cuentas y el informe financiero. Implementa procedimientos para asegurar nuestros activos y los compromisos de gastos. Procede a los pagos y emite las solicitudes de fondos a las Super Regiones (SR) y Regiones Adjuntas (RR), hace recordatorios… Sigue los presupuestos de solidaridad hacia las SR y RR, revisa las nóminas de las 2 empleadas (una secretaria y una empleada que asegura algunas horas para la limpieza de los locales) y paga su salario. El tesorero está a cargo del secretariado jurídico y se asegura de que nuestras disponibilidades bancarias estén colocadas sin riesgo con una pequeña remuneración.

El papel de secretario puede compartirse más fácilmente y Catherine contribuye ampliamente con las estadísticas, la organización de las reuniones del ERI o del Colegio y su acta, a la vez que toda la logística. Estamos en relación estrecha con la secretaria asalariada, una equipista, Cécile, quien pone mucha pasión en un trabajo que es muy apreciado. Estamos constantemente en relación con ella, Christophe acerca de los temas contables y Catherine sobre los temas de secretaría. Como pareja del ERI, y con el respaldo de nuestras experiencias -especialmente de consejera conyugal y familiar para Catherine- hemos trabajado mucho este año sobre el tema del año propuesto por Mercedes y Alberto «El amor es mucho más que el amor» que les recomendamos calurosamente.

Ya sabéis todo sobre nosotros… No somos más que humildes servidores… pero seríamos aún menos que eso sin el Señor que realmente nos acompaña todos los días de nuestra vida… y nos hace levantarnos y crecer de manera insospechada…

 


El Consiliario Espiritual en los Equipos, una pregunta

Uno de los rasgos fundamentales que identifica y a su vez expresa la unidad del Movimiento de los Equipos de Nuestra Señora en todas las regiones es el acompañamiento de los sacerdotes – Consiliario Espiritual – o de un Acompañante Espiritual en cada equipo. Su presencia las parejas la aprecian, agradecen y algunas hasta la consideran un privilegio ante la realidad de la creciente falta de sacerdotes en algunas regiones. Pero debemos preguntar si todas conocen por qué su presencia es fundamental en el equipo, puede que para algunas sea simplemente funcional, importante si, por su preparación y estudios, pero no necesaria ante la dificultad para invitar un sacerdote. Esta última situación en la cultura actual puede tentarnos de razonar de un modo funcional, es decir, como si el camino que nos queda sea darle una respuesta cuyo único criterio sea el de la eficacia humana que conscientes o no, reduce el Movimiento a una institución sociológica y nos oculta la presencia vivificante del carisma y de los dones concedidos por el Espíritu Santo.

Es por esto que considero oportuno recordar que, a lo largo de su historia, desde las primeras reuniones en 1939 y en los documentos esenciales del Movimiento, la referencia del sacerdote ha sido una característica fundamental de los Equipos. La Carta en 1949, dice que: “Cada equipo debe contar con el apoyo de un sacerdote”. El documento del ERI sobre El Sacerdote Consiliario (1993) indica: “El Movimiento siempre ha buscado sacerdotes para que sean consiliarios de los equipos. Tal es su tradición bien fundamentada. Esta es su voluntad firme”. La Guía de los ENS de 2001, aun advirtiendo la dificultad de los equipos para encontrar sacerdotes Consiliarios, vuelve a confirmar esta voluntad cuando dice: “Cada equipo debe asegurar la participación de un sacerdote…”. Y finalmente, Los Estatutos Canónicos del Movimiento (2002), revisados en 2014, se refieren a estos diciendo: “Compuesto de cinco a siete hogares, (el equipo) es asistido por un sacerdote “Consiliario espiritual”.

El argumento de la “tradición y voluntad firme” del Movimiento en mantener la presencia del sacerdote como rasgo fundamental es evidentemente muy válido. Pero, leyendo el documento de “El Sacerdote Consiliario y el Acompañante Espiritual” del ERI (2017), quisiera insistir e invitarlos a reflexionar que este argumento de la tradición tiene su fundamento en la realidad eclesial vivida en cada equipo del mutuo enriquecimiento de los sacramentos del orden sacerdotal y del matrimonio. Ambos sacramentos se complementan mutuamente para dar vida a la Iglesia. Que en ambos casos de trata de una alianza. Esta fue la intuición del Padre Caffarel, cuando en la oración del equipo una de las mujeres le dijo a Dios: “Señor, te damos gracias por el matrimonio de nuestros dos sacramentos, el sacerdocio y el matrimonio”. Ante la cual el P. Caffarel, en su intuición de fundador iluminado por el Espíritu, no duda de su profundidad y concluye con su propia reflexión: “Pienso que pertenece a aquel dinamismo de los principios, la Alianza del Sacerdote que representa la Iglesia… y de los matrimonios que aportan sus riquezas, …” (El Carisma Fundacional – 1987). Aquí está la fuente espiritual y teológica que hace de la presencia del Sacerdote Consiliario un rasgo esencial en el carisma de los Equipos de Nuestra Señora.

En la teología de los sacramentos de las últimas décadas, principalmente desde el Pontificado de San Juan Pablo II, se ha venido reflexionado sobre la relación del sacramento del matrimonio con los otros sacramentos y particularmente con el sacramento del orden sacerdotal. Por tanto, con el interés de que profundicemos teológicamente en la razón de la estructura institucional del Movimiento, quisiera que leyéramos juntos lo que escribe el cardenal Marc Ouellet que, apoyándose en el principio actual de que “toda la estructura sacramental de la Iglesia expresa la fecundidad conjunta de Cristo Esposo y de la Iglesia Esposa”, subraya la profunda relación de gracia que existe entre estos dos sacramentos. El Cardenal Ouellet escribe:

El matrimonio y el sacerdocio se encuentran en la objetividad de la vida sacramental como las dos dimensiones – la horizontal y la vertical, respectivamente – de la alianza. El sacerdote actúa como ministro del don vertical que desciende de Dios para fecundar la alianza de los esposos con el amor de Cristo por la Iglesia. Gracias al ministerio eucarístico del sacerdote, los esposos pueden ofrecerse al Padre en y con Cristo, que los reúne y los envuelve en su amor esponsal por la Iglesia. El sacerdote representa tanto personal como sacramentalmente el don del Esposo, mientras que la virginidad consagrada y el matrimonio indisoluble encarnan la respuesta de la Iglesia-Esposa a este don. De este modo, gracias al ministerio sacerdotal, el matrimonio y la virginidad se sostienen y se confirman mutuamente como los dos caminos de santidad que son. En ambos casos, la entrega y ofrenda totales de cuerpo y alma en respuesta al amor de Cristo Esposo crean un auténtico ‘estado de vida’ eclesial fundado en un vínculo sobrenatural definitivo.

Además, el matrimonio y el sacerdocio ministerial se corresponden en la comunicación sacramental objetiva de la vida trinitaria. El sacramento del matrimonio expresa la fecundidad reciproca de las Personas divinas, presentes en la pareja creada a imagen y semejanza de Dios, mientras que el sacramento del orden sacerdotal expresa de manera particular el don del Padre en Cristo, que es el origen de todo el misterio de la comunión, tanto en el orden natural como en el de la gracia… Al representar a Cristo, Cabeza y Esposo, el ministerio episcopal y presbiteral proporciona el alimento de la Palabra y el Pan de vida que, en última instancia, desciende del Padre.

Cristo también ha proporcionado una ayuda específica para el amor humano, afectado y herido por el pecado y sus consecuencias: la concupiscencia, el egoísmo y la división. A través de la absolución, Cristo extiende a los esposos la gracia del arrepentimiento y la reconciliación, renovando así tanto la gracia de su bautismo como su manifestación en la vida conyugal.” (M. Ouellet, Mystery and sacrament of Love: a theology of marriage and the family for the new evangelization, 2015, pg. 171-172)

Para terminar, que hermosa liturgia celebraríamos si participáramos en nuestras reuniones de Equipo: sacerdote o acompañante espiritual y matrimonios, con una conciencia más atenta a la abundancia de la gracia sacramental que, como dice el Cardenal Ouellet, en la comunión de la vida trinitaria se comunican el matrimonio y el sacerdote. Por favor, no olvidemos de pedir por las vocaciones sacerdotales y para el matrimonio.

Edmonton, 2 de septiembre 2025

P. Augusto Garcia, PSS