Espero que este año la Navidad tenga un sabor y un significado muy especial para nosotros, porque hace parte del año de preparación para el gran Encuentro de Fátima 2018. ¡Navidad es mucho más que la fiesta de aniversario del nacimiento de Jesús! ¡Celebramos el misterio de la encarnación! Hace 2000 años, el Hijo de Dios tocó nuestra historia y ese contacto cambió, desde el interior, el sentido del espacio y del tiempo. La historia tiene así un antes y un después del nacimiento de Cristo. San León el Grande, en una homilía de Navidad, nos invita a redescubrir el sentido de nuestra dignidad. El valor de cada persona se evalúa a partir de la intensidad del amor de Dios por ella. Como cristianos, somos servidores de ese misterio, de esa gracia, de esa dignidad. Somos enviados como misioneros para recordar a todos la grandeza de nuestra dignidad, como hijos ben amados de Dios, para quienes la encarnación de su Hijo es el signo de la garantía. En el ambiente gris en el que vivimos, donde la dignidad humana no siempre es respetada, tenemos la misión de dar testimonio de la dignidad del hombre, de la belleza y la grandeza de la pareja y de la familia; el hombre y la mujer son verdaderamente la obra de arte de la creación. Elevada a la dignidad de sacramento, la pareja cristiana se convierte en una imagen, aunque imperfecta, de la relación de Cristo con la Iglesia.
¡Vivamos esta Navidad de una manera diferente!
¡Os deseo una Santa Natividad del Señor!
P. José Jacinto Ferreira de Farias, scj
Consiliario Espiritual del ERI