Al mirar la cifra con la que hablaremos de un nuevo año, aparece una expresión muy curiosa: 2020. Números que se repiten y nos invitan a una sonrisa de novedad y alegría.
¿Qué significa que comencemos un nuevo año? Aunque se trate, simplemente, de la contabilidad convencional del movimiento planetario, sin embargo, algo en nosotros nos convoca y nos invita.
Van a aparecer muchos propósitos, deseos y anhelos. Pero, nos sucede con frecuencia, se quedan en la intencionalidad, en el pensamiento o en alguna hoja de papel que los acoge.
Qué bueno fuera que ese 20/20 correspondiera a una visión novedosa de la vida y de la actividad. Que, al tener ante nuestros ojos la cifra correspondiente al año que se inicia, podamos experimentar que se convierte en invitación a dejarnos tocar por la Gracia de Dios que nos sigue ofreciendo el tiempo como Gracia y como Don.
Mirar el transcurrir de los días como oportunidad es hacer del tiempo que vivo, una ocasión del paso de Dios que quiere manifestarse por medio de cada uno de nosotros.
Que este año que comienza sea para cada uno de nosotros una experiencia del amor del Padre que se renueva cada día.
Un esperanzador año 2020 para todos.