Carta de Enero 2015

Pére Jacinto Farias

Muy queridos matrimonios:
Nuestro Movimiento está comprometido en avanzar al ritmo de la Iglesia en su andadura sinodal, en la que busca, a la luz del Evangelio, «discernir los caminos por los que renovar la Iglesia y la sociedad en su compromiso por la familia basada en el matrimonio entre hombre y mujer» (Relatio Synodi, 4). Desde donde escribo esto, os contemplo a todos, dispersos por los cuatro rincones del mundo, en contextos culturales diversos, pero todos unidos por el deseo de corresponder al pensamiento de Dios que se manifiesta en este sentir de la Iglesia.

En el mensaje dirigido el 22 de Noviembre de 2014 a los responsables de los Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades, el Papa Francisco recordó tres puntos clave que todos Movimientos deben tener siempre presentes: la fidelidad al carisma, al «primer amor»; acoger y acompañar, en particular a los jóvenes, para que todos, a la luz del Evangelio, puedan tomar las decisiones correctas en el momento adecuado; mantenerse en  comunión con el Magisterio de la Iglesia y muy en particular con el Santo Padre.

Se trata de tres puntos esenciales que nos interesan a todos y especialmente a nuestro Movimiento: fidelidad al primer amor; acogida y ayuda en las decisiones que cada uno debe tomar; mantener la comunión en la Iglesia, sobre todo con el Santo Padre, que tiene la responsabilidad suprema en el servicio universal de la caridad.

En lo que concierne a nuestro Movimiento y teniendo en cuenta la primera recomendación del Papa Francisco, he insistido desde el comienzo de mi servicio, en dos de los puntos concretos de esfuerzo que forman parte de nuestro método espiritual : el deber de sentarse y la oración conyugal.

El deber de sentarse en la presencia del Señor, como María, que Le escuchaba, permite a la pareja compartir sobre su vida e iluminarla con la luz del Evangelio, fortaleciendo siempre más su unión con el Señor.
En la oración conyugal – os aconsejo rezar juntos el Rosario a Nuestra Señora, oración sencilla que llega directamente al corazón – aumentaréis vuestra unión en el Señor y podréis ser fieles «  a los tres altares »  en los cuales el matrimonio celebra el misterio del amor que es más fuerte que la muerte: el altar de la Eucaristía donde tomáis el cuerpo del Señor, sin el cual nada podemos hacer (Jn 15,5); el lecho nupcial, donde según la voluntad de Señor os convertís en una sola carne, un solo corazón y una sola alma, en un amor casto y puro, abierto a la fecundidad de la vida, colaborando con Dios en poblar el cielo y la tierra; y el altar  que es la mesa alrededor de la cual el matrimonio y la familia se reúnen para tomar los alimentos, en la alegría y la sencillez del corazón.
Queridísimos matrimonios, comprometeos a vivir fiel y generosamente estos dos puntos concretos de esfuerzo. Son los que permiten cultivar la unión de vuestros corazones y ser un signo profético eficaz para la Iglesia y el mundo de hoy. Yo pido para todos vosotros las más abundantes gracias. Que el Señor, por intercesión de la Virgen María, os bendiga y guarde siempre.
Con fraternal amistad,
P. José Jacinto Ferreira de Farias, scj
Consiliario Espiritual del Equipo Responsable Internacional

Servir con alegría : Mahassen y Georges Khoury, Matrimonio enlace de la Zona Centro Europa