LA CELEBRACIÓN DEL FIN DE OTRA ETAPA
Queridos amigos. Los acontecimientos más importantes en nuestra vida es necesario celebrarlos, haciendo visible lo que llevamos en nuestro interior, lo que sentimos y que queremos compartir para que ese sentimiento no permanezca solo en nosotros. Este sentido innato de celebración del ser humano, nos saca de la rutina de la cotidianidad y nos hace pensar en todo lo que realmente tiene importancia en nuestra vida, reservando una fecha especial para destacarlos con una forma y un sentido diferente que los hace verdaderamente especiales
Con ese sentido, es como estamos acostumbrados a celebrar los éxitos y los momentos importantes, personales, de los seres que queremos, los comunitarios y también en un sentido más profundo, reconociendo y haciendo memoria de algo que marcó y sigue marcando nuestras vidas. En ese “celebrar”, los episodios tristes también tienen un espacio de gratitud y de memoria.
Todo lo anterior, desde la perspectiva cristiana, tiene una connotación de trascendencia que nos brinda nuestra fe, que nos da la certeza que, en cada día de nuestra vida y en cada celebración, Jesús fuente de vida eterna, está presente infundiéndonos fortaleza y colmándonos de alegría, admiración y gratitud por los dones recibidos, el primero, el del milagro de la vida misma.
En pocos días, a partir del 15 de julio próximo, viviremos una semana de celebración en la que convergen muchos de estos motivos de agradecimiento.
Llevaremos a cabo el XIII encuentro internacional de nuestro movimiento en el que celebraremos la viva actualidad del don de los EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA, del don de la herencia espiritual que nos ha dejado nuestro fundador el Padre Henri Caffarel, que con su pensamiento profético y atemporal está vivo entre nosotros al cumplirse 85 años de la primera reunión de equipo, de la universalidad alcanzada por este proyecto de vida palpable en las cerca de 8,000 personas que nos reuniremos y que representan a los más de 160,000 equipistas, parejas y sacerdotes consiliarios del mundo entero. Esta fiesta que se sucede cada seis años será también un hito en el camino en el que podremos renovar nuestro sentido de identidad, discernir el papel que hoy tenemos como parejas cristianas en nuestro hogar, en la familia, en la iglesia y en el mundo, teniendo el privilegio de escuchar cinco conferencias de conferencistas de primera línea, acompañados de testimonios encarnados de vida, preámbulo de las celebraciones eucarísticas, el trabajo de intercambio de ideas que se sucederán al final del día y de las diferentes actividades lúdicas y de recorridos espirituales de las tardes en Turín, la ciudad que nos acoge.
Será también, un momento especial de celebración a la finalización de este encuentro, en el que concluye para nosotros, como responsables internacionales del movimiento, para nuestro incondicional amigo el padre Ricardo Londoño como consiliario y para todo el equipo responsable internacional que nos acompaña, el periodo de responsabilidad que desempeñamos desde el encuentro Internacional de Fátima 2018. En ese momento pasaremos la posta de la responsabilidad a un nuevo equipo que, con el liderazgo de nuestros compañeros y amigos del alma, Mercedes Gómez Ferrer y Alberto Pérez Bueno, conducirán al movimiento por el camino que será anunciado por ellos mismos en la ceremonia de paso de servicio.
Son muchas las emociones que esta celebración suscita en nosotros, la primera la de una gratitud inmensa con el Señor por haber sido testigos de primera línea de la promesa que se hizo vida en nosotros y que nos llevó a aceptar hace 6 años, desde la virtud del abandono, en unión total a Dios y de conformidad con su voluntad , este servicio inconmensurable, a pesar de nuestras fragilidades. Nos referimos a la promesa expresada en Isaías 41,10 No temas, porque Yo estoy contigo; No te desalientes, porque Yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, Sí, te sostendré con la diestra de Mi justicia.
Hoy delante de Dios, podemos expresar a ustedes desde lo más profundo de nuestro ser, que este período de servicio ha sido para nosotros un continuo discurrir de una epifanía, en la que el Señor se nos revelo en cada circunstancia vivida a lo largo de estos seis años, incluso en los momentos mas aciagos como el de la pandemia, que puso a prueba nuestra fe.
No tenemos palabras suficientes para expresar nuestra gratitud hacia cada uno de los compañeros del equipo responsable, que en la metamorfosis que suscita el servicio compartido desde la fe, se convirtieron de compañeros circunstanciales a hermanos espirituales con quien nos une un cariño imperecedero. Gracias Padre Ricardo, o mejor Ricardo simplemente, Paola y Giovanni, Mariola y Elizeu, Mercedes y Alberto, Bernadette y Sylvestre, Thérèse y Antoine y Faye y Kevin, por hacer parte de este camino y de nuestra vida y gracias a Hermelinda y Arturo, Dora y João y Marcia y Paulo, quienes en un momento fueron parte de él pero que por circunstancias coyunturales, no pudieron continuar al lado nuestro.
Al colegio internacional, a todas las parejas y sacerdotes que con benevolencia y condescendencia acogieron nuestros aciertos y restaron importancia a nuestros fallos, nuestro cariño incondicional.
No existe en nosotros, lo decimos de corazón, un ápice de nostalgia, porque no ejercimos nuestro servicio aferrados a una responsabilidad sino a quien servimos, de manera que por el contario, lo que sentimos es una felicidad inmensa de haber llegado hasta aquí con la conciencia plena de haberlo entregado todo y de poder constatar que LOS EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA, no son una obra meramente humana, sino un don de Dios que se vale de instrumentos dóciles para alimentarla, preservarla y proyectarla a los desafíos y a las cambiantes realidades que cada periodo de responsabilidad conlleva.
Hasta siempre desde donde estemos y en el servicio al que el dueño de la vida nos llame.
Clarita & Edgardo BERNAL FANDIÑO
Matrimonio Responsable 2018-2024